lunes, 5 de marzo de 2012

All over the world en un día


Doce horas. Sólo hacen falta doce horas, desde Manhattan, para comenzar una aventura recorriendo el mundo. Tantos estados unidos, tanta diversidad, tendría una recompensa.

No se cual es el punto medio del mundo, donde podríamos sentirnos en el centro de la tierra, y no hablo de profundidad como lo hacia Julio Verne. Hablo del ombligo de la tripa. Si si, aquel lugar desde donde divisas todos los demás puntos de la inmensa meseta, desde donde puedes llegar al resto del mundo más rápido. No se cual es ese lugar, pero puedo asegurar que desde New York puedes llegar al resto del mundo en 30km a la redonda. El problema no es el tiempo o las distancias en este caso. Hace falta atención y respeto.

Partimos desde la 86th con Lexington, en menos de una hora llego a un barrio de Queens, Kew Gardens. Cual es mi sorpresa al salir de la boca del metro que he llegado al país más pequeño de Sudamerica, Guayana francesa. No sabía ni que existía y resulta que la línea E de metro me ha llevado tan lejos.

El viaje no ha hecho nada más que comenzar, porque un coche fantástico, en este caso era blanco, me lleva hasta Rusia. Todo muy cerquita de Brighton beach. Se nota el frío de la costa que les atrajo. En este caso los farenheit no son tan bajos como los celsius en Moscú, pero las mujeres enseñan sus pieles en las calles igual. En algunas tiendas te avisan que hablan inglés, un detalle para extranjeros. El camarero se ofende por atender a no rusos parlantes pero consigo a regañadientes un ukrainian borscht. Sopa de remolacha calentita, perfecta para seguir con el viaje en estas tierra.

Bordeamos las costa. Nos encontramos con un oasis americano en el camino. Nathan´s, el rey de los hot dogs, o al menos donde se hacen los concursos de quien come más hot dogs de una. ¡Un tal Joey Chestnut ostenta el título desde 2007 tras comer 62 seguidos!!Esperemos que goce de buena salud...

Pasamos puentes, seguimos en la costa. Ya empieza a oler a Mediterráneo. No podemos más de apetito y paramos en Líbano a comer. Aceitunas machacadas, berenjenas, cordero, lentejas y panes riquísimos invaden la mesa. Quiero sus especias, no será difícil, estamos en Lebanon!
Entre calle y calle volvemos a EEUU. Aprovechamos y nos acercamos a un corner del barrio de Sunset Park en Brooklyn para comer la mejor pineapple de la ciudad. Una pequeña y coqueta cafetería regentada por los llamados Hipsters de brooklyn. Gente joven, cultureta, progresiva y guapa que lidera la punta de la lanza de lo inn. Gente maja...¡aún más si se dedican a cocinar tartas como estas!!

Próximo destino: Oriente próximo. Musulmanes y Judíos ortodoxos en menos de 10 calles. Todos juntos. Aquí parece que no se pelean. Las diferencias no son tan grandes en la distancia. Aunque la impresión que da ver masas de gente vestida de negro con gorritos ( kipá) y tirabuzones (peot o peyos en hebreo), si marca una gran diferencia cultural. Nunca había entendido el sentido profundo de la palabra gueto hasta este momento.

No había aun cerrado la boca de la impresión, cuando tras casi doce horas, estábamos ya de vuelta en New York. Habíamos aterrizado en Williamsburg, Brooklyn. Barrio origen de la cultura Hipster. Cafés, restaurantes, tiendas, arte, ropa nueva o de segunda mano.Todo lo que quieras, e incluso lo que no te imagines, lo encuentras aquí. Atrás quedaron los años donde Manhattan era la cabeza pensante del mundo. El 11S también cambió esto. Manhattan el fuerte se convirtió en el inseguro. Y las ideas por la fuerza de la explosión atravesaron el Brooklyn Bridge y se fueron a vivir en frente.

El mundo concentrado en tan poco espacio va más rápido. Personas, idiomas, ideas y sentimientos no se destruyen, se transforman.